Tendiendo puentes entre la universidad y las aulas. La investigación-acción colaborativa en la formación inicial de los docentes.

En un contexto de cambios sociales y culturales, y de incertidumbre económica y política, la universidad juega un papel clave en la formación de profesionales, en este caso, de la educación, capaces de hacer frente a estos retos complejos de una manera crítica y creativa (Vigo y Soriano, 2015). La universidad, en este sentido, tiene la responsabilidad de producir, difundir y preservar el conocimiento, lo que supone un compromiso con la formación de profesionales, con la investigación y la cultura (Barrio-Maestre, 2022). En ocasiones, se habla incluso de la necesidad de una responsabilidad social compartida con otros agentes, rompiendo con el aislamiento y la teoría que en ocasiones, caracteriza la enseñanza universitaria (Vigo et al., 2019; Vivas, 2009). En este contexto, surge la necesidad de presentar planteamientos de investigación-acción colaborativa que tengan un impacto positivo, tanto en la formación inicial de los y las docentes como en la sociedad y la educación (Vallaeys y Álvarez-Rodríguez, 2022). Asimismo, la propuesta del proyecto surge a su vez de las demandas del alumnado de los grados y del Máster de Profesorado en relación con la necesidad de vincular teoría y práctica, información recogida en grupos de discusión durante el curso escolar 2023/2024. La finalidad de este proyecto es la introducción de la investigación-acción como una metodología capaz de tender puentes entre los estudios universitario y la realidad escolar, suponiendo una oportunidad de mejora de las metodologías que facilitan el aprendizaje, y la trasferencia del mismo, siendo el pensamiento crítico y creativo la base de dicho método, así como favorecer un aprendizaje situado en la realidad escolar (De Oliveira, 2003; Vigo y Soriano, 2015). Se pretende por tanto, contribuir al desarrollo de un pensamiento reflexivo en el alumnado, garantizando un aprendizaje significativo en el sentido que propone Ausubel (1963) y dotando a la investigación de un valor que sobrepase los muros universitarios (Vigo y Soriano, 2015).